El tiempo ha experimentado hoy un cambio de tendencia…, hace más

fresquito y el cielo que estaba despejado, se ha nublado de repente. A nosotros no nos importa nada que aparezcan las nubes, porque seguimos activos y con muchas ganas de emprender cosas nuevas.
Hemos pasado la mañana entre juegos y risas, y hemos participado en un taller creativo en el que además trabajamos la motricidad fina. Empleando plastilina, segmentos de pajitas de colores y alambre dulce, hemos realizado unas esculturas la mar de evocadoras.
Primero hemos ido ensartando las pajitas de colores con el alambre, acción que requiere paciencia y sobre todo coordinación óculo manual. Después, cuando cada uno ha ensartado las pajitas que ha ido escogiendo, combinando los colores a su gusto, había que clavar los dos extremos del alambre en el bloque de plastilina que previamente habíamos amasado con nuestras manos. ¿El resultado?…, una escultura de lo más creativa.
En el parque, jugamos con los cubos y las palas, uno de nuestros juegos
favoritos, pero también nos agrupamos para jugar al juego del lobo (un personaje que nos encanta). Si os dáis cuenta, todos los cuentos en los que aparece la figura del lobo suele fascinar a nuestros niños y niñas, Caperucita, los tres cerditos, los siete cabritillos…Por una parte les gusta, aunque por otra mantienen una cierta distancia por lo que pueda pasar, jajajaja.
Aquí os dejamos la canción con la que iniciamos este divertido juego, «Jugando al escondite», una canción de Rosa León de la cual hemos recuperado una versión un poco más «marchosa»:
¡Hasta mañana amarillos!

Paramos un poquito la actividad para tomar nuestra fruta de media mañana, reponer fuerzas y charlar sobre las dinámicas que se han dado durante la sesión de juego. Aprovechamos también para leer el cuento «Marina ya no quiere llevar pañales» para ver si les sirve de inspiración y crece nuestra motivación en este sentido, ja
hablamos sobre las diferentes emociones y escuchamos su canción. Es importante que desde muy pequeños nuestros niños y niñas sepan poner nombre a lo que les pasa, a lo que sienten, este es el primer paso en una adecuada gestión emocional. Como en el resto de aspectos de aprendizaje, vamos pasito a pasito, pero conscientes de que cada acción cuenta y es parte importante dentro del proceso educativo global de nuestros amarillos.
construcciones. Todos participan del juego y desarrollan la imaginación a través de las dinámicas que se dan en el aula junto a los compañeros y compañeras del grupo.




ordenador escuchamos diferentes versiones de «La Tarara» de Federico García Lorca; instrumental, flamenco y a capella…, como podéis comprobar ¡un día muy completo!