Buenas tardes familias,
En el grupo verde tenemos varios «frentes» abiertos, sobre los que queremos seguir profundizando y aprendiendo:
- Seguimos interesados por aprender cosas curiosas acerca de determinados animales. AÂ lo largo de la semana han sido varias las aportaciones que hemos seguido recibiendo al respecto: avispas comunes y avispas caza escarabajos.
Parece que el mundo de los anfibios será nuestro «foco» la próxima semana, ya que tras la lectura de un libro sobre ranas que trajo AntÃa y unos renacuajos, que nos ha regalado Mar, estamos pudiendo observar in situ su ciclo de crecimiento y comprobando que todos los datos extraÃdos de esa lectura son ciertos ¡los renacuajos no tienen patas! ¡primero les salen solo las patas traseras y las delanteras les crecen dentro de su cabeza! ¿cómo? ¡pero es verdad Esther, era verdad! ja, ja, ja.

Los momentos de lectura/investigación cada vez son más frecuentes dentro de los tiempos de juego. Compartir interés y contrastar hipótesis o descubrimientos, es fantástico.




- Han dado ya inicio algunos talleres especÃficos o complementarios, como el artÃstico, el de biblioteca, el de desarrollo lógico-matemático… incluso nos hemos atrevido con algunas mini-sesiones de Mindfulness y entrenamiento de Funciones Ejecutivas. Y por supuesto hemos inaugurado nuestras «Tardes Cooperativas».







Aunque tendrÃa mucho que contaros sobre cada una de estas temáticas (confÃo en que poco a poco vuestros peques vayan expresando mucho de lo que hacen en el colegio),  hoy querÃa centrar la entrada en la experiencia llevada a cabo el martes pasado, derivada de una necesidad detectada en el grupo y de la firme convicción que el conocimiento es poder, en todos los sentidos.
Me gustarÃa lanzaros una reflexión: ¿qué opináis sobre el conflicto en los juegos infantiles?
Por todos es conocido el gran interés que suscita, en buena parte del alumnado, cualquier juego de rol que implique «combate» o «rivalidad» (en su más amplia acepción).  Aunque es un tema que puede generar controversia, me atreverÃa a afirmar que demonizar en exceso determinados objetos o simulaciones, no lleva más que a despertar mucha más curiosidad al respecto. Ya sabemos que lo prohibido… es muy atrayente.
Antes de entrar a valorar si es adecuado o no un material, o tipo de juego, debemos analizar muchos aspectos asociados. A continuación os proporciono mi visión al respecto, que parte de la experiencia docente, el conocimiento sobre desarrollo infantil y algunas aportaciones especializadas. En ningún caso pretendo con ello un posicionamiento tajante al respecto, sino más bien una reflexión sobre el tema, que nos lleve a tomar decisiones coherentes, en relación a los valores que queremos inculcar en «los peques»  y a la misma vez, un correcto tratamiento de dinámicas o sinergias que se dan en la sociedad y a las que no podemos/debemos estar ajenos. En la mayorÃa de las ocasiones, afrontar siempre es más enriquecedor (aunque no fácil) que evitar.
El conflicto simulado como parte natural del juego
Dentro del ámbito de la psicologÃa del desarrollo, parece ser que existen coincidencias sobre que los juegos que implican cierto grado de competencia o enfrentamiento simbólico, puedan tener ciertos efectos positivos. Entre los que cabrÃa citar la afrontar de manera proactiva la resolución de conflictos, aprender a tolerar la frustración, desarrollar habilidades sociales, respetar reglas/turnos, establecer estrategias, trabajar en equipo … Por supuesto, siempre y cuando la violencia no sea realista, traumática ni conlleve implÃcito ningún contenido que pueda producir miedo o ansiedad. Sin embargo, si nos ajustamos al desarrollo de las Funciones Ejecutivas, en las edades a las que nos referimos, no parece que sea algo que sin acompañamiento del adulto puedan acometer de una manera eficaz.
Diferencia entre violencia fantasiosa y violencia realista
Cuando la violencia se presenta de una forma «caricaturesca», pongamos como ejemplo el juguete nombrado en el tÃtulo de la entrada o los dibujos de «Tom y Jerry» (ampliamente conocidos por todos), los posibles riesgos asociados son menores. Siendo muy importante la necesidad de cuidar aspectos como no glorificar la violencia, no recompensar la humillación, no minimizar el dolor…
Competitividad y efectos sociales
La competencia, desde un punto de vista saludable, puede fomentar la motivación. Pero llevada al extremo puede aumentar también la agresividad verbal, la envidia o la frustración. Es necesario poseer un buen desarrollo emocional a la hora de procesar las emociones derivadas de la pérdida o la derrota, para no incurrir en la reducción de comportamientos prosociales (beneficiar, ayudar o cuidar a otros).
En estas edades, en las que el desarrollo emocional no se encuentra para nada regulado, ya que están empezando a identificar correctamente las emociones y necesitan continuo acompañamiento para poder/saber gestionarlas, no parece que sea muy idóneo por tanto el que continuamente se tengan que enfrentar/exponer a juegos donde la competitividad esté muy presente o sea el objetivo principal.
Importancia del contexto educativo, familiar y de moderación
En el término medio está la virtud, que dirÃa mi abuela, ja, ja, ja. Un buen resumen sin duda, para exponer que un juego que incluya conflictos no lo hace malo per se. Lo relevante en todo caso es cómo lo acompañan los adultos, mediante supervisión, reflexión, reglas claras, explicar qué significa «vencer» vs «humillar», etc. Prestando muchÃsima atención igualmente tanto a la duración del juego, como a la frecuencia o a cómo se integra éste con otros juegos diferentes (creativos, colaborativos, sin conflicto).
Y ahora os pregunto… ¿son los «Super Things» un juguete apropiado a estas edades o incitan a pelear?
Aquà surgió mi aportación al respecto en el aula, ya que es un material que diariamente llega a nuestra clase, es bastante utilizado por gran parte del grupo (y otros muchos del centro) y además está presente en la mayorÃa de cÃrculos sociales a los que pertenecemos.
La sesión especÃfica de role-play con Super Things,  llevada a cabo esta semana, no pudo ir mejor. Implementamos  algunas normas o condiciones básicas para el juego. Quedaban totalmente prohibidos los comportamientos que implicasen violencia (tanto fÃsica como verbal), asà como humillantes. Era imprescindible compartir el material y estar atentos a que nadie se sintiese excluido de ningún equipo o grupo de juego. DebÃamos inventar escenarios de juego creativos, otorgando funcionalidades distintas a las que de por sà tienen, cambiando por tanto «poderes», estrategias e incluso generando otras interacciones entre los personajes, alejadas bastante de lo que serÃa un combate.
Los objetivos pedagógicos planteados para la sesión fueron:
- Aprender a respetar reglas y turnos.
- Practicar la regulación emocional ante la victoria y la derrota.
- Fomentar la empatizásemos y el juego limpio.
- Reforzar la diferencia existente entre una pelea real y un combate simbólico.
- Potenciar tanto la imaginación como la narrativa (dentro de la promoción del lenguaje oral).
Una vez concluida la sesión de juego, llevamos a cabo una reflexión en asamblea sobre aspectos como ¿qué sintieron al ganar o perder? ¿qué hacer si sentimos enfado al perder? ¿con quién he jugado y a qué? ¿cómo se han resuelto los conflictos derivados del juego en sÃ?… Además de analizar todas las cualidades diferentes que les habÃan atribuido y los «mini mundos» que inventaron.
Algunas de las claves más importantes en este tipo de experiencias, desde el punto de vista neuro-pedagógico son:
- Usar la narrativa fantástica para diferenciar claramente lo que es una «pelea real» y un «combate de mentira».
- Se permite competir, pero reconociendo valores como la creatividad, el respeto o la cooperación, por encima de ganar simplemente.
- Se trabaja cómo tolerar la frustración, el perder, cómo felicitar, cómo calmarse…
- A través de una experiencia cooperativa, se muestra como el competir y el colaborar no son opuestos, sino complementarios, con lo cual se consigue una transferencia positiva a otros ámbitos del desarrollo integral.
Mucho más allá de la experiencia puntual, deciros que a lo largo de la semana el juego libre en el parque ha sufrido cierta transformación (para bien), generándose dinámicas de relaciones sociales mucho más equilibradas.
Espero que este tipo de «entradas» sirvan para otorgar la relevancia que merece el desarrollo del juego infantil y también el necesario acompañamiento que necesita del adulto.
¡Buen fin de semana!
Esther Justicia.
¡Los rojitos siguen imparables! Cada dÃa estamos más inmersos en nuestras rutinas, la biblioteca del cole , las actividades de logica-matemática, especialistas, los juegos en el parque… y, cómo no, el trabajo sobre las emociones, algo que forma ya parte esencial de nuestro dÃa a dÃa.
Este pirata valiente surca los mares en su barco en busca de algo muy curioso… ¡las emociones! A lo largo de su viaje se encuentra con diferentes barcos, cada uno capitaneado por una emoción: el Capitán AlegrÃa, el Capitán Tristeza, el Capitán Enfado y el Capitán Miedo. Nuestro amigo se sube a cada barco y, a través de sus vivencias, va descubriendo cómo se siente su cuerpo, su corazón y su mente con cada una de ellas.
Después de su gran aventura, el pirata vuelve con su tripulación y comparte su experiencia. ¿Y sabéis qué emoción fue su favorita? ¡La alegrÃa! Porque cuando estamos alegres, el cuerpo se llena de energÃa, pensamos con más claridad, disfrutamos de lo que nos rodea… y eso es algo que los rojitos están empezando a experimentar también.






