La lectura, disfrutar leyendo

La etapa de los seis y siete años es un momento clave en el desarrollo de los niños y las niñas. Es ahora cuando se consolidan las bases del proceso de lectoescritura, un proceso que va mucho más allá de aprender a reconocer letras y escribir palabras: supone abrir la puerta al conocimiento, a la imaginación y a la comunicación.

Leer no solo favorece el aprendizaje académico, sino también el desarrollo personal. La lectura enriquece el pensamiento, mejora la atención y la memoria, amplía el vocabulario y fortalece la expresión oral y escrita.

Pero, sobre todo, leer es un placer que se construye poco a poco, y por eso en el aula tratamos de ofrecer múltiples experiencias lectoras que despierten la curiosidad y la motivación de nuestro alumnado. Cada tipo de lectura que realizamos aporta beneficios distintos que, combinados, enriquecen su aprendizaje lector.

A continuación, explicamos las diferentes formas en que trabajamos la lectura:

Lectura silenciosa

Cada día dedicamos unos minutos a la lectura individual y silenciosa en clase. Este pequeño hábito favorece la concentración, la calma y la introspección, y ayuda a que cada alumno y alumna disfrute del placer de leer a su propio ritmo. Se mejora la atención sostenida y la autonomía lectora, se potencia la comprensión lectora profunda, ya que cada niño o niña interpreta el texto desde su propio ritmo y nivel de madurez y crea un espacio de calma favoreciendo la relajación y el bienestar emocional.

Lectura compartida

Realizamos sesiones conjuntas con el alumnado de quinto de primaria. Cada niño o niña de nuestra clase se empareja con un compañero o compañera mayor y leen juntos. De esta manera se fomenta la cooperación y la convivencia entre diferentes edades. Los más pequeños aprenden por imitación, observando cómo los mayores leen con fluidez, entonación y seguridad. Los mayores refuerzan su sentido de la responsabilidad y consolidan sus propios aprendizajes al guiar a otros. Además, se genera un vínculo afectivo en torno a la lectura, que la convierte en una experiencia social y significativa.

Lectura en la biblioteca

Acudimos a la biblioteca del centro para que puedan explorar los distintos libros disponibles, hojearlos libremente y elegir aquel que más les interese para llevarlo a casa durante la semana.
Asi, se fomenta la autonomía lectora y el gusto por elegir, descubrimos distintos géneros y temas y hacemos un uso responsable de los recursos comunes y el cuidado de los libros. Es un momento de conocer un espacio en el que respetar el silencio y hacernos responsables de cada uno de los libros.

Lectura en voz alta del alumnado

De forma individual, cada niño o niña lee al adulto en voz alta. Este momento nos permite trabajar de manera específica aquellos aspectos en los que intervenir individualmente: correspondencia grafema-fonema, conciencia léxica y semántica, segmentación, entonación, ritmo, comprensión o precisión lectora.
Esto permite una atención personalizada al proceso lector de cada alumno o alumna, consiguiendo así mayor evolución. Aporta seguridad respecto al proceso y facilita la detección temprana de dificultades para poder ofrecer apoyos y estrategias adaptadas.

Lectura en voz alta por parte del adulto

También dedicamos momentos en los que la tutora es quién lee para todo el grupo. Escuchar leer a otra persona con entonación y expresividad permite disfrutar del relato de otra manera y favorece la comprensión auditiva, la imaginación y compartir momentos agradables.
Esto, enriquece el modelo lector, despierta la escucha activa y la atención auditiva, fomenta la comprensión lectora global, al disfrutar del texto sin el esfuerzo del descifrado, amplia su cultura literaria y crea un momento emocional y de conexión grupal.

Con todo ello, la lectura nos ofrece un camino lleno de experiencias diversas, con las que ir completando el proceso lector y generando gusto por la lectura que a lo largo de las diferentes etapas del proceso les aporte placer.

Tatiana Molina -Tutora 2º EPO-