CONOCEMOS EL 112 Y EL PROTOCOLO DE RCP EN INFANTIL

Esta mañana hemos tenido en la clase una colaboración muy especial. Lina, mamá de Luis, nos ha presentado de una forma muy cercana y sencilla cómo realizar la reanimación cardiopulmonar, desde edades muy tempranas.

A modo de introducción nos cuenta que ella trabaja como pediatra de la UCIP, dedicándose a curar a niños y niñas que están muy malitos y que necesitan que se les cuide «muy de cerca». Nos explica que estos niños no tienen un simple resfriado o un dolor de barriga, sino algo más complicado o grave.

Después nos afirma que «nuestras manos pueden salvar vidas»  y nos pregunta si pensamos que para ello debemos tener súper-poderes. Pues bien, tras algunas intervenciones, nos aclara que tan sólo necesitamos tres cosas: escuchar, ver y nuestras manos.

Nos pone un ejemplo con el que identificarnos:

  • «Imaginad que estáis en casa de vuestra abuelita o vuestro abuelito y de repente veis que se cae al suelo y no habla ni se mueve.  ¿Sabéis qué debéis hacer?.»
  • «Sí, llamar a la ambulancia» han dicho algunos.

Bueno y cómo se llama a la ambulancia, nos ha preguntado. Nadie lo sabía. Así que hemos decidido atender muy bien a todo cuanto nos iba a contar para estar bien informados.

Nos ha presentado el número de emergencias 112, al que debemos llamar siempre que tengamos una emergencia muy grave. En este caso estamos solos en casa y el adulto que nos acompaña «no responde». Tras ese número hay un montón de profesionales que nos ayudarán a solucionar esa emergencia lo mejor posible, bomberos, policía, ambulancia… Poniéndonos otros ejemplos distintos de emergencias, que no se refieren al caso en cuestión.

Pues bien, una vez que hemos contactado con el servicio de emergencias nos harán las siguientes preguntas:

  • ¿Qué le pasa?
  • ¿Estás solito o solita?
  • ¿Responde si lo llamas y zarandeas?
  • ¿Cómo te llamas?
  • ¿Qué edad tienes?
  • ¿Cuál es tu dirección?

Si tras seguir las indicaciones del personal de emergencias comprobamos que el adulto sigue sin reaccionar, nos pedirán que acerquemos nuestra mejilla a su nariz para ver si sale aire y observemos si el pecho se mueve arriba-abajo, esto nos dirá si respira o no.

 

Si respira, nos indicarán que lo pongamos en una posición especial (posición de seguridad para evitar atragantamientos). Para ello deberemos cogerle la mano que tengamos más alejada de nosotros y empujando del culo colocarlo de la lado mirando hacia nosotros.

Si no respira, entonces quiere decir que el corazón no le está funcionando. Recurriendo al experto en cuerpo humano que tuvimos hace unos días, recordamos que si el corazón no bombea sangre al cerebro, éste no tiene energía y por tanto «no manda funcionar al resto de los órganos del cuerpo», así que hay que hacer funcionar al corazón.

Para ello nos cuenta el secreto de cómo ser «salvadores de vidas». Debemos entrelazar nuestras manos colocando una sobre otra y llevarlas encima del esternón para realizar un masaje especial. Nos da un truquillo para saber dónde colocarlas «entre teta y teta, aprieta» y luego realizaremos el masaje al ritmo de la canción de Bob Esponja, un barquito chiquitito o la Macarena, por ejemplo.

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Luis, ayuda a su mamá a realizar una simulación que nos ejemplifique cómo actuar y después nosotros hemos llevado a cabo la práctica con el peluche que hemos traído de casa.

La experiencia ha sido magnífica, el alumnado ha interiorizado muy bien la intención y el objetivo de la actividad y la han llevado a cabo de forma espectacular.

Lina nos ha regalado unos gorros de médico para poder jugar en clase y también unas tarjetas con el número 112 en las que deben poner su dirección. Son para dejarlas en casa, en un lugar visible al lado del teléfono. IMPORTANTE: Muchos no sabían su dirección, ¡tenéis deberes para el lunes!.

Gracias a Lina por esta colaboración tan especial y a Luis por la ayuda a su mamá y el ejemplo para sus compañeros y compañeras.

Esther Justicia.