Mucha gente acudía allí. Gente de todas partes. El árbol de la sabiduría les daba todo lo que querían. Animales de cualquier raza, vivían en armonía en las extensas ramas del gran árbol. La gente, al igual que los animales, se abrazaban al tronco del saber, al tronco del majestuoso árbol. De sus hermosas flores nacían humanos, felinos, aves, insectos, etc. Sus hojas, oxigenaban todo el mundo, y sus frutos, los frutos más sabrosos que jamás hayas probado, alimentaban a todos los seres vivos.
Muchos acudían a comer los frutos del árbol de alimento, y quién no deseaba beber del néctar de sus flores o nadar en las hojas que recogían agua de la lluvia. En ellas se bañaban todo tipo de peces y anfibios. Otros trepaban por sus ramas, y escogían a sus hijos de las flores. El árbol de la vida se los entregaba, pero este árbol tenía otras cualidades. Aquél que estuviese enfermo o que fuese ya muy viejo, moría en las raíces del árbol de la muerte, y este lo absorbía. Si alguien caía de sus ramas, iba a morir también en sus raíces.
La pintura es algo espectacular, a veces da miedo, a veces da alegría, a veces da energía, es como si te transmitiera las emociones que sentía el pintor al pintar el cuadro.
La pintura canaliza nuevas ideas, emociones, sensaciones e inspiraciones.
Dentro del arte de la pintura, está el dibujo, una nueva sensación.
Esos que se dedican a ser pintores, son imaginadores; si no son imaginadores, no son pintores.
La pintura empezó hace muchísimo tiempo, en la edad primitiva. Así nos lo muestran gran variedad de cuevas por el mundo.
Aparte de la pintura, están los colores, bonitos tonos de luz y oscuridad que nos rodean. Se pueden mezclar, inventar y pintar los colores, también podemos crear colores con la sangre roja, el barro marrón, jugo de plantas como el aloe vera verde…
Siempre podremos crear más colores, son como los números;
-¡Hola! soy la gota María, con la que te has lavado la cara esta mañana. Después de ti estuve casi dos horas por las alcantarillas de Granada hasta llegar a la gran depuradora. Había mucha agua y olía muy mal, pero era chulísimo, era como una gran ducha donde nos lavaban a todas y nos quitaban el barro. Luego me soltaron en las cañerías donde me recogieron para regar, (esta es mi parte favorita) es como un laberinto. Te dejan en la tierra, y una vez bajo tierra tienes que buscar el camino correcto para llegar a un yacimiento, cuando llegué era precioso, me tiré por una cascada de agua cristalina. Había peces de todo tipo. El río era muy bonito y desembocaba en un gran lago. Allí nos evaporamos y subimos a las nubes. La sensación era chulísima, recorrimos medio mundo y cruzamos América hasta llegar a un río de Alemania. Lo recorrimos hasta llegar al mar: mi casa.
Si piensas que las ranas son asquerosas, que tienen sangre verde y que se bañan en barro, estás equivocado. Son unos de los seres más limpios y perfectos que existen.
En realidad, cuando saltan, hacen funcionar un dispositivo que hacen que leviten en el aire durante un cierto tiempo.
Si también pensáis que son algo flojas, en eso sí que os equivocáis rotundamente. Son casi todas cinturón marrón, o incluso algunas negro en kárate, judo y kung-fú. Son capaces de inmovilizar a un gato en segundos.
En cuanto a si se parecen a humanos, no hay mucho parecido. Quizás la única cosa igual es que las ranas y los humanos pueden correr, nadar y saltar.
También es verdad que las ranas son muy presumidas. Casi todas usan tacones altos, maquillaje, labios pintados y pestañas postizas.
El único defecto que tienen es que no son nada astutas. por ejemplo, usan papel de lija como papel higiénico, o incluso compran un mapa porque no se acuerdan de dónde está su casa, a pesar de que van allí todos los días.
Por eso existen los sapos, todo lo que tienen las ranas, no lo tienen los sapos. Pero las ranas no son inteligentes, en cambio tienen una mente inteligente.
Autor: Daniel Del Bot, 6º EPO, 11 años.
¿Sapo igual a rana?
Ayer leí en el periódico un estudio científico de un alemán sobre las ranas y los sapos. Me pareció un artículo muy interesante, decía entre otras cosas, que aunque la gente las considere parientes, no son tan parecidas.
Los sapos son como campesinos, se buscan la vida en sus ciénagas y se tiran eructos, son unos seres sucios,gordos y repugnantes. Están llenos de verrugas y comen todo lo que encuentran, además creen que las moscas que hay en las aguas residuales o en las boñigas de vaca son una auténtica delicia.
Las ranas son como las bellas señoritas de Inglaterra, son pequeñas, de un color verde brillante y son delicadas, incluso se las puede considerar bellas si se mira desde otro punto de vita. Viven en los nenúfares que hay en los estanques de agua cristalina y croan de una forma musical, comen libélulas y mariposas y en épocas de hambre comen larvas de abeja, a las que aseguran que son deliciosas pero engordan.
Cuando leí esta parte del artículo pensé que el autor sabía captar muy bien como eran esos pequeños seres de sangre fría sin ser uno de ellos y lo que más me llamó la atención de todo el artículo fue una parte que decía que según los sapos, las ranas son unas creídas, mandonas y repipis. Yo, cuando leí esto, empecé a dudar de la veracidad de artículo y del entado mental del autor, pero aún así el artículo me sigue pareciendo chocante. ¿Cómo ha conseguido el autor escribir el artículo como si él fuera uno de esos seres que mucha gente considera repugnantes?
Autora: Eugenia Toro, 6º EPO, 12 años.
La familia sapo
Había una vez un sapo que se llamaba Ricky, él tenía un padre muy gruñón que opinaba muy mal de las ranas, pero tenía una madre que a la que le gustaban mucho las ranas porque tenía muchas amigas que eran ranas, aunque no se lo había dicho a su marido, pero si a Ricky.
Un día, al empezar el curso, estaba con todos sus amigos sapos, llegó un niño que decía que era sapo. El primero en hacerse su amigo fue Ricky. Se llevaban muy bien y los dos se decían todos los secretos.
Un día, el sapo que se llamaba Lamune, le dijo a Ricky su gran secreto, era que Lamune era una rana. Ricky se quedó muy extrañado.
Al llegar a su casa, habló con su madre y se lo contó. Su madre le dijo que no pasaba nada porque así podría aprender cosas de Lamune, como por ejemplo: que las ranas eran más rápidas, que tenían la lengua más larga, que tenían más colores y por eso eran más bonitas, que son menos vagas, que son muy saltarinas y saltan muy alto.
Al terminar de hablar, le llamó su padre y le dijo muchas cosas sobre las ranas, y que no tenía que hacerse un amigo que fuera rana. Le dijo que las ranas eran muy pequeñas, que eran muy delgadas, que les huele muy mal el aliento, y lo peor de todo es que están por todas partes.
Un día, la familia de Lamune invitó a la familia de Ricky a que fuera a comer a casa de Lamune. Al llegar Ricky a su casa se lo dijo a su madre. Ella aceptó y a su padre lo convencieron.
Al día siguiente, fueron a comer a casa de Lamune, la comida estaba muy rica. Después de comer los padres y las madres, hablaron. Lamune se fue a jugar con Ricky y al rato se marcharon a casa.
Al llegar, su madre y Ricky hablaron con su padre y le dijeron que la familia de Lamune era rana. el padre dijo:
– Si eso es verdad, ahora me gustan las ranas.
Así que al final, Lamune y Ricky siguieron siendo amigos, y a su padre le gustaron las ranas.
Autor: Manuel Bellido, 6º EPO, 11 años.
× Utilizamos cookies propias y de terceros para mostrar vídeos y diapositivas, obtener estadísticas y ofrecerle publicidad personalizada. Puede aceptar todas las cookies pulsando "Aceptar". También puede rechazar todas o algunas de ellas pulsando configurar cookies. Más información en nuestra política de cookies.
Configurar cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para mostrar vídeos y diapositivas, obtener estadísticas y ofrecerle publicidad personalizada.
Cookies técnicas
Son aquéllas que permiten la navegación a través de la página web y la utilización de las opciones y servicios que se ofrecen. Le permiten acceder a su cuenta, mantener su sesión, visualizar vídeos y recibir soporte. Alqueria.es utiliza cookies técnicas propias y de terceros. Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar.
Cookies de análisis
Son aquéllas que permiten el seguimiento y análisis del comportamiento de los visitantes del sitio web. La información recogida mediante este tipo de cookies se utiliza para la medición de la actividad del sitio web, así como la elaboración de estadísticas y perfiles con el fin de mejorar el sitio web. Alqueria.es utiliza cookies de análisis propias y de terceros.
Cookies de publicidad comportamental
Son aquéllas que permiten la gestión de publicidad de un sitio web. Estas cookies almacenan información del comportamiento de los usuarios obtenida a partir de sus hábitos de navegación, lo que permite desarrollar un perfil específico para mostrar publicidad en función del mismo. Alqueria.es utiliza cookies de publicidad comportamental propias y de terceros.