Parque de las ciencias

Durante esta mañana, el tercer ciclo ha visitado el recinto del Parque de las Ciencias. Fuimos muy puntuales y a las 9:45h. estábamos en la entrada junto al gran avión que nos daba la bienvenida. Una vez sacadas las entradas. Nos recibió una monitora para explicarnos las diversas exposiciones que podríamos ver en el Parque.

Iniciamos nuestra visita en la sala de M.C. Escher, universos infinitos.

Después nos acercamos al pabellón del edificio péndulo de Foucault para ver y experimentar en las salas Eureka y percepción. Aquí manipulamos y nos divertimos con la ciencia viendo lo que hemos trabajado en el aula, además nos ayuda a preparar nuestro siguiente proyecto de la semana cultural.

A media mañana, nos tomamos un tentempié y vemos la zona de exteriores durante un «ratillo».

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Con las pilas cargadas, quinto visita la exposición temporal de «Tyrannosaurus rex». Se comienza viendo un video sobre cómo descubren nuevos fósiles que modifican nuestra visión del mundo prehistórico. Investigamos si el dinosaurio es ¿cazador o carroñero? y cada niño vota en una urna.

Sexto visita «Cultura de la prevención». ¿A qué peligros estamos expuestos? Mejorar la percepción de los riesgos en el trabajo y en la vida cotidiana es lo que aprendemos aquí.

Para finalizar la visita, volvemos a juntarnos en ciclo para ver la magnífica charla y experiencia de «La electricidad no cae del cielo». Nos llama mucho la atención de cómo funciona un generador Tesla. Al finalizar, subimos a la cubierta del Parque, cubierta solar del Macroscopio. Esta cubierta cumple una doble función, como generadora de energía solar y como una instalación demostrativo-educativa, para dar a conocer las características y ventajas de la energía solar.

Toda esta información de la salida, la completarán los alumnos en el día de mañana.

Un día lluvioso (Andrés)

Hace poco tiempo en la foresta de un bosque volvió a llover y digo volver, porque hacía ya diez días que llovía sin parar. Los elfos estaban desesperados porque no había comida, no podían salir a cazar ni recolectar bayas, ni hongos y además, estaba siendo asolado el poblado por una ola de peste negra.

Muchos elfos estaban muriendo y se percibía un hedor a cuerpos, solo había una criatura posible para detener la furia de los cielos, el dragón oscuro de los vientos, podía escupir fuego al cielo y evaporar el agua.

El dragón tenía una larga cadena de espinas que le cubría la parte superior del torso. Por supuesto, era negro como las escamas que le cubrían el cuerpo. De hecho solo tenía blancos los afilados colmillos y el globo ocular y sus largas y negras alas eran muy similares a las  de un murciélago.

¿Pero quién iba a llamarlo? Tenía que subir las escarpadas montañas, con la que estaba cayendo. Se reunió un consejo para elegir a alguien que se presentara a realizar la proeza.

-Yo- dijo una serena voz.

– ¿Quién ha dicho eso?- preguntó Sarahac, el jefe del consejo.

– Soy Armiser un simple campesino de la zona sur y además si no lo consigo, no perderéis ningún camarada- dijo el esbelto joven.

– No hijo- dijo la escandalosa voz de su madre y su padre al unísono.

– Tengo que hacerlo es mi deber en la vida- contestó  con voz tranquilizadora Armiser.

Partió a la mañana siguiente cuando descubrió que había cesado un poco de llover y echó a correr.

Pegándose mucho a los robustos troncos de los robles para que el espeso follaje tapara las gotas que se precipitaban del cielo con gran furia, una gota en el ojo podría cegarle. Anduvo entre arbustos y florecillas que de las lluvias habían nacido.

Ando tanto que tuvo que parar a descansar en una roca que tenía un agujero, se acurrucó y se durmió. Al cabo de dos horas se despertó y tocó la roca y como era un elfo quería transmitirle su agradecimiento, pero la verdad era que no era lo que parecía, era una criatura de color anaranjado y la cara con aspecto de tigre pero de unas dimensiones asombrosas.

La criatura echó a correr tras Asmiser, pero parecía que los árboles querían salvar a el elfo porque le iban haciendo un pasillo que se cerraba tras él. Armiser no miró hacia delante, siempre miraba hacia detrás hasta que chocó contra una roca gigante. Era la entrada a la casa del dragón.

Armiser entró sigilosamente y le dijo al dragón:

– Hola amigo del bosque, tienes que ayudarme a salvar a mi pueblo.

– Lo haré, pero tú irás a mis lomos, – dijo la estrepitosa y grotesca voz del dragón.

Se pusieron en marcha. El dragón batió sus alas con fuerza y se alzó al viento, subió y subió hasta que lanzó una fuerte llamarada rompiendo las nubes y salvando al bosque. Pero cuando se dio cuenta de que Armiser no estaba, había caído y la había atravesado una rama.

Pero el bosque siempre lo recordó como el mayor héroe de todos los tiempos.

Autor: Andrés

Un día lluvioso (Javier)

Para mí, los días lluviosos son los más tristes en los que no sé qué hacer. La verdad, es que parece ser que me afecta bastante.

Esa sensación de no poder ver el sol, me recuerda lo poco que apreciamos el amanecer de cada día, sin saber siquiera lo importante que es.

Aunque tampoco, un día lluvioso significa el fin del mundo. Porque no se puede tener todo lo que uno quiere, ya que sin lluvia el mundo sería muy distinto, y es que el verde que tanto me gusta, digo yo, que no sería tan verde.

Además, qué pasaría, si el aroma vivificante de un día lluvioso en el campo, entre otros, el perfume que desprende la tierra mojada, atrajese a los seres de los corazones de los bosques más intrincados, y si dejasen ver sus puntiagudos rasgos, tan solo por un día lluvioso. Aunque pienso que no nos deberíamos hacer demasiadas ilusiones, porque digo yo que deberían poder olerlos a distancia. Pero si eso ocurriese, ¿yo estaría más contento en un día lluvioso?

Lo que uno debería hacer, es no deprimirse en un día de lluvia, porque sin ella, todo sería distinto y agradecer que llueva. Ya que un día lluvioso es la media naranja de un día soleado, igual que el blanco y el negro, o lo sucio y lo limpio. Y es que los antónimos se necesitan unos a otros para existir, porque, ¿se puede limpiar algo si antes no está sucio? Además nosotros deberíamos saber disfrutarlo todo.

Taller de Escritura: Javier

Ben quiere a Anna

Comenzamos el segundo trimestre y se reanudan nuestras actividades. Para este mes la tertulia literaria de quinto es «Ben quiere a Anna». La tertulia tendrá lugar el martes 24 de Enero a las 11:30 de la mañana.
Os animo a todos a leer este maravilloso libro y a escribir vuestros comentarios sobre él.
 
 
 
 
Una niña llamada Anna es polaca y se muda a Alemania, debido a que su padre nació allí.
El primer día, Ben se fijó en que tenía una trenza y unos hermosos ojos marrones. Poco a poco se hicieron más amigos y, un día, Anna invitó a Ben a ir a su casa. Cuando llegó vio que era muy pequeña y que eran 9 ó 10 hermanos, contándola a ella. Terminó el día y Ben invitó a Anna, ella respondió un sí sonriente. Comieron y se fueron a una excursión a un lago que había allí cerca. No llevaban bañadores, así que se bañaron desnudos y después, ya secados, se volvió cada uno para su casa. El lunes llegó y Ben enfermó gravemente, tanto que su madre tuvo que dejar su trabajo. Entonces, el padre de Ben fue a hablar con el de Anna y le consiguió trabajo en otra ciudad. Después de una semana, Ben regresó y Anna sólo supo despedirse con un dulce abrazo.
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– Autor: Härtling, Peter
– Colección: Serie Naranja
– Editorial: Alfaguara juvenil
– Páginas: 104
– Género: Novela
– Tema: Amor
– Área: Educación Multicultural
– Edad: A partir de 10 años
– ISBN: 9788420449074