… Y sopló, y sopló y la casa de madera derrumbó, y el hermano mediano fue a casa del hermano mayor. El lobo siguió al hermano mediano a casa del hermano mayor.

Al llegar vio que la casa era de ladrillos y se vio incapaz de derrumbarla, así que llamó a sus cinco hermanos.

Al llamar el cerdito pequeño fue a abrir la puerta, y una manada de lobos hambrientos entraron, pero lo que no sabían era que estaban los civiles cochinos, diciendo ¡las patas arriba! Y los llevaron a comisaria por intento de comerse a un animal inofensivo.

… Entonces caperucita roja entró en casa de su abuela, y vio a la abuela comiéndose una pierna del lobo que se le cayó cuando la abuela le tiró un plato roto.

El lobo atacó a caperucita pero la abuela saltó y la salvó. El cazador escuchó ruido y fue a la casa de la abuelita, cuando entró en la casa vio a caperucita y a la abuela escondiéndose  en el armario porque el lobo cada vez estaba más enfadado.

El cazador cogió la escopeta y le dio en la cabeza un golpe, el lobo se mareó.

Lo metieron en una cacerola y se lo comieron.

… Cenicienta había perdido su zapato en el baile. Se dio cuenta cuando llegó a su casa en la carroza. A la mañana siguiente una joven ve el hermoso zapato de cristal y al ver que no lo reclamaba nadie, decide cogerlo.

Esa joven se llamaba Paula, esa misma tarde estaba muy confusa porque no sabía como iba a devolver el zapato (a Cenicienta). Decidió ir preguntando por las casas.

Cuando ya iba a empezar la noche tocó a la casa de Cenicienta, pero abrió su madrastra, sus hermanastras se lo probaron pero no les cabía, después le llegó el turno a Cenicienta y se lo puso. Paula se puso muy contenta y dijo que no tenía casa. Su madrastra no quería que Paula se quedará a dormir y al final durmió en el suelo con Cenicienta.

Cenicienta le contó todo a Paula. Al día siguiente de madrugada se fueron de la casa y buscaron otra casa donde vivir, desde ese día fueron muy amigas y vivieron  juntas.

Cada día iban mejorando y decorando su casa e iban hasta el río a dar un paseo. Y no se supo más de la madrastra y de las hermanastras.

…Cuando caperucita llegó a la casa de su abuelita, tocó a la puerta de chocolate.

-Abuelita, soy yo, abre.

-Está abierta.

Caperucita entró en la casa de chocolate de su abuela y la vio tumbada en la cama, la niña se sientó en una silla de ositos de gominola, caperucita le dice a su abuela:

-Qué orejas más grandes tienes.

-¡Para oirte mejor!

-Qué ojos más grandes tienes.

-¡Para verte mejor!

-Qué boca más grande tienes.

-¡Para comerte mejor!

Entonces la supuesta abuelita, QUE ERA UN LOBO, salió corriendo detrás de la niña, de repente se le cae al lobo un armario en el que estaba la abuela de caperucita. Caperucita roja, la abuelita y el lobo salen de la casa uno detrás del otro aunque el lobo medio tonto por el golpe del armario, se cayó, se quedó inconsciente, llegó el cazador y le mató.

La abuelita y caperucita ya viven muy bien.

Colorín colorado este cuento se ha acabado.

Soy caperucita roja, si, el cuento se había acabado pero con tanto lío se me ha olvidado darle la comida a mi abuelita asi que…:

-Abuelita te traigo pan y mantequilla.

-Muchas gracias.

Ahora si que si, colorín colorado este cuanto se ha acabado.

…de repente el gigante fue tras Jack, el niño corría lo más que podía porque la gallina pesaba mucho y además iba echando huevos de oro que servían de distracción al gigante porque era muy codicioso.

Jack divisó a unos metros el tallo, cuando llegó, saltó y fue de hoja en hoja hasta llegar al suelo, empezó a cortar con su hacha y cortó hasta que el gran tallo cayó.  El gigante terminó malherido en el suelo. El niño amenazó al gigante con quitarle la vida con el hacha pero él quiso hacer un trato: el gigante tenía que trabajar toda su vida en los campos de Jack y este tendría que quedarse con la gallina.

Fin