Historia histórica

Hace mucho tiempo, en un mundo fantástico, vivía el general de los caballeros de Tendran llamado, Sowen un joven con el pelo castaño claro, ojos azules como el claro mar, con una armadura de piel de serpiente y un casco de ave wivern. Con el iba pequeño grupo de reconocimiento  sobre volando las copas de los arboles en sus buitres dragón, que eran casi supersónicos, aterrizaron en un llano enorme que parecía haber sido talado y de repente apareció un enano de largas barbas, con un martillo en la mano un casco con dos cuernos de toro alce y una armadura de oro.

-¿Cómo te llamas? Pregunto con curiosidad.

-Sowen ¿y tú? Conteste.

-Eitri, por favor ayúdame a liberar la mina del sur de los gigantes y rescates a mi compañero Brokk.

-Pero que ganaría yo ¿los tesoros de la mina tal vez? Dije yo intrigado.

-Lo que vos desee señor, no te preocupes las hadas y los duendes nos ayudaran.

-Por este paso se va a Dinengrand una ciudad minera abandonada.

-Podemos usar sus recursos y fortificaciones para defendernos. Dijo otro enano.

-Yo soy Zeno, rey de los duendes. Y apareció un duende con una gran armadura de plata y una espada con empuñadura de roble.

-Y yo Gaya líder de las hadas. Y apareció un hada de largos cabellos dorados, unos ojos negros como el carbón, alas finas como el papel, con una armadura de roble puro, con una lanza de encina y una onda de liana.

-¡Gigantes! Grito un soldado, entonces Sowen se llevo la mano a la cintura y desenfundó su espada una espada con empuñadura de plata y rodeada de serpientes y con una hoja fina y segura. Se abalanzó sobre un gigante y tras una larga lucha de espadas y martillos clavó su hoja en su sucio cuerpo y en mi interior sonó un grito de alegría.

Por la noche comí como un rey: filete  de quimera huevos de un animal que desconocía y natillas de un fruto parecido a las frambuesas. Al caer la noche Gaya entro en mi tienda y me dijo:

-Duerme mañana, trazaremos un plan.

-Vale. Dije yo con decisión.

A la mañana siguiente todos nos reunimos en una mesa larga el primero en hablar fue Zeno.

-Deberíamos liderar un ataque con todas nuestras defensas.

-No, tendríamos que intentar razonar. Dijo Gaya.

-Es imposible razonar con esos individuos despreciables. Dijo Eitri y todos empezaron a discutir hasta que dije

-¡¡basta!! Y hubo un minuto de silencio.

-Tenemos que ponernos de acuerdo, Gaya tu y tu ejercito destruiréis las murallas exteriores, Zeno tu y Eitri irrumpirás y te desharás de los defensores gigantes, después entrare y matare a Folstag. Folstag  es el rey de los gigantes, un gigante de la escarcha capaz de invocar al Niddog.

De repente se escuchó una trompeta y un soldado grito:

-Gigantes.

No eran más de siete pero uno era especialmente grande.

-Destruidles. Dijo el gigante enorme. Todos nos abalanzamos sobre ellos. Un gigante se abalanzó sobre Zeno y el duende le ataco con su espada Gaya se fue a ayudar a Zeno y Eitri y yo nos abalanzamos sobre el gigante enorme y lo matamos con una fugaz estocada todos caímos al suelo de rodillas  la batalla había concluido y habíamos ganado había muchos muertos y a Zeno le hirieron en el hombro pero las hadas le estaban curando con esos cánticos que solo ellas entienden.

A la semana siguiente Zeno ya estaba curado y podía luchar perfectamente.

Al día siguiente nos reunimos para hablar Eitri fue el primero en hablar.

-Nuestros exploradores han detectado murallas gigantes en el sur cerca de la mina.

-Es imposible, no podremos con ellos. Dijo Zato un general de los caballeros de Tendran.

-Si que podremos.

-Los gigantes serán cada vez más y más grandes.

Firmado: Álvaro Barquín Pancorbo