La hoja perdida

El poema que hemos creado con los compañeros de Motril (Alina y Paula) inspirado en Noche Divina de Alfonsina Storni y con la música de El Mago de Oz «La costa del silencio», ha sido este:
Las hojas verdes de los árboles vuelan.
Mientras los álamos miran despiertos, 
Mi mágico viaje por el cielo va a empezar.
Tras las despechadas flores, el día veo pasar. 
La alegría del amor me hace sentir calor. 
La noche es oscura en la laguna. 
La noche se engancha en la alambrada.
La alegría hace que me ría tras la ventana. 
El amanecer regala mucho placer.
Volar, vagando despierta, como una espiral.
Me da pereza ver la tristeza,
cuando en la naturaleza habita tanta belleza. 
Más allá de la luna, 
la estrella que más brilla ¡eres tú!

La hoja perdida

Reflejos de hilos de luna

Este fotomontaje lo hemos realizado entre Celia y Álvaro C. (de Alquería) y el poema junto a Inés y Roberto de Motril. Nos hemos inspirado en la canción de Juanes de «Ama la Tierra» y el poema de Rubén Darío «Canción de la noche en el mar».

Hilos de luna

 

Navegando por las frías aguas del mar, 
persiguiendo la luna sin descanso,
la noche parecía un bosque frondoso
que ocultaba su rostro sin fondo.
La luna tan bonita como siempre,
intacta en el cielo sin moverse,
reflejada sobre la mar cristalina,
¿por qué siempre eres la más divina?
En el agua se dibujan luceros
como trozos rotos de espejos,
reflejos de hilos de luna,
abrazan la libertad de la mar.
Qué noche tan hermosa para navegar
cruzando las mágicas aguas,
ni una nube se atreve a jugar,
solo las estrellas que vienen y van.
¿Por qué te alejaste de mí?
Busco entre las olas y no te encuentro
solo me queda tu reflejo
y cuando miro a la luna, solitaria a lo lejos.

Raíces con luz

Colaboramos con la clase de 5º de primaria del colegio Virgen de la Cabeza de Motril y su maestra Ana Galindo creando poemas en el proyecto LumáTICos 2.0.
Nuestro poema lo hemos elaborado en google drive con Susana y Francisco de Motril:
Lo mejor de la vida es sentir tu raíz,
imaginar un árbol de color azul, 
sentir cómo los prados se ríen en abril y al caminar, 
dejar a tu paso una sombra de luz. 
Me gustaría sentir la libertad melodiosa, 
que me llama con sus dulces cantares, 
y aunque tenga un alma fuerte tus ramas partidas me duelen como pedradas.
La luna varía misteriosa la brisa y la luz acechan el nuevo día. 
Camina, pasea por la colina.
El prado llena de luces mi alma, 
los pétalos azules derraman la calma
en el frondoso bosque donde te encontraría.
Las mariquitas surcan la tierra,
las abejas ponen música en el paisaje, 
la naturaleza baila de alegría y al caminar,
dejar a tu paso una sombra de luz. 

Lunáticos

Por Helena y Jorge