Ya tenemos listo el audio-libro basado en nuestro cuento ilustrado «El fantasma al que se le quitó el miedo». Con esto otorgaríamos el broche final a este gran proyecto que nos ha mantenido ocupados algo más de un mes.
Aprovecho para dejaros un resumen de lo que esta experiencia ha supuesto para el grupo, en relación a múltiples áreas de desarrollo.
Como sabéis, con motivo de la celebración de la Semana de la lectura, cada grupo del ciclo (3-6 años) realiza un proyecto de aula, enfocado al fomento de la lectura. Pues bien, ligando este proyecto al objetivo que este año nos marcamos en nuestro Plan de Centro: «Emprender para aprender» (como forma de seguir fomentando el emprendimiento escolar en nuestro proyecto educativo), surgió la idea ¿Y si sembramos el amor por la lectura y la escritura, mientras despertamos también el espíritu emprendedor de los más pequeños?
Así comenzó nuestro proyecto, una propuesta pedagógica que unificaba dos mundos bien distintos, pero complementarios: la lectura y el emprendimiento, en una misma experiencia educativa. Teníamos claro que en Educación Infantil los niños y niñas pueden imaginar, crear, organizar… y emprender.
Nuestro punto de partida fue la elección de la temática: los fantasmas, y la creación cooperativa del cuento ilustrado, se convirtió en el corazón del proyecto. Invitamos al alumnado a convertirse en autores/as e ilustradores/as.
En asamblea, inventaron juntos los personajes, imaginaron aventuras y decidieron cómo terminaría su historia. Así nació «El fantasma al que se le quitó el miedo», una historia entrañable sobre un pequeño fantasma que más que asustar se asusta, y cuya moraleja refleja todo el trabajo realizado durante el curso, en relación a la inteligencia emocional.
Cada niño/a aportó ideas, decidiendo entre todos cuáles eran del interés grupal. Todos los personajes o situaciones propuestas, han quedado reflejados en la historia y para la elaboración física cada uno se encargó de escribir (mediante copia) e ilustrar, una página.













Todo el trabajo realizado de manera oral en cuanto al área alfabética queda en el bagaje personal de cada uno, habiendo llevado a cabo múltiples sesiones sobre conciencia fonológica-léxica, rimas, construcción de palabras mediante intercambio de sílabas, reconocimiento de aumentativos y diminutivos (con ayuda del grupo de 3º EPO), formas de comenzar y terminar las historias, partes que componen un libro (portada, contraportada, lomo…), qué es un autor/a o ilustrador/a, etc.
El proceso ha sido tan valioso o más que el resultado, aprendimos a escuchar, a tomar decisiones en grupo y a valorar el trabajo en equipo, entre otras muchas cosas.
Hasta aquí podríamos decir que nuestro objetivo principal estaba cubierto, habíamos sido capaces de crear desde cero un cuento de manera cooperativa, obteniendo un producto tangible que daba sentido al proyecto, pero … ¿y si íbamos más allá?
Una vez tuvimos el prototipo del libro en nuestras manos, se nos ocurrió incorporar una actividad de emprendimiento solidario mediante trueque. El objetivo principal era enriquecer el archivo bibliográfico del colegio. Organizamos una jornada donde todo el alumnado de primaria podía intercambiar libros en buen estado, a cambio de un ejemplar del nuestro. Para promocionar esta actividad inventamos un book trailer, que enviamos a cada grupo del colegio y también aprendimos el valor del intercambio justo, asociado a conceptos como producto, beneficio…


Fue una experiencia emocionante, donde no solo intercambiamos libros ¡aproximadamente unos ochenta! sino también historias, risas y un fuerte sentido de comunidad (elemento diferenciador de nuestro centro y del que estamos plenamente orgullosos).
El cuento creado por el grupo verde (5-6 años) y los libros obtenidos a través del trueque, han pasado a formar parte de nuestra biblioteca escolar, como pequeños tesoros que nos harán recordar que cuando los más pequeños se sienten parte activa del proceso y se les «da voz», las ideas florecen.
El objetivo final buscaba convertir a los niños y niñas en personas conscientes de su capacidad de crear, colaborar y transformar.
¡Estoy segura que con el tiempo esta semilla florecerá de múltiples formas distintas!
Agradecimiento especial a Elena (profesora en prácticas) por su implicación en el proyecto y a Natalia (profesora del departamento de Diversidad) por su colaboración en los medios tecnológicos.
¡Todavía nos quedan muchas experiencias que vivir antes de terminar el curso!
Esther Justicia