Un momento a destacar durante nuestro día a día es el de la Asamblea de la fruta, en él creamos un espacio de intercambio lingüístico…Ahora más bien escuchamos ,para luego desarrollar nuestra expresión oral, también compartimos la fruta con nuestros amigos, pero eso no es todo…
Nos damos los buenos días ,cantamos canciones, recitamos poesías y retahílas, también contamos cuentos.

Además de aprender a compartir ,en la asamblea tenemos a la vista el súper ayudante, a quién le toque ese día se encarga de repartirla a los compañeros, ganando así autonomía, y sintiéndose este el protagonista. Al repartir la fruta trabajamos la paciencia, el niño que reparte, tiene que esperar a ser el último que recibe el trozo reforzando así el turno de espera.
En las primeras semanas , no se establece el reparto como tal, pues aún estamos terminando de adaptarnos a los espacios del aula y estamos conociendo nuestros nombres y el de los demás.
El cartel del súper ayudante nos ayuda a aprendernos nuestro nombre y el símbolo, aprovechando que estamos en la asamblea, pasamos lista, pues es buen momento donde comprobamos si alguien no ha venido y nos preguntamos el porqué dando lugar a una nueva situación.

Nuria y Estefanía
Un abrazo

A primera hora investigamos con los encajables. En unos minutos están esparcidos por el suelo y a la hora de la recogida vamos completando los diferentes juegos a la vez que nombramos colores y formas. Todos van colaborando en la recogida con agrado.







Es la habilidad para realizar movimientos generales grandes (con brazos, piernas, tronco…). Dicho control requiere la coordinación y el funcionamiento apropiados de músculos, huesos y nervios.
Ayudar al niño/a a ejercitar su motricidad a través del juego se consigue proponiéndole actividades que él vivirá de forma lúdica y mediante las que se podrá ir observando si su maduración está evolucionando con normalidad.
actividades lúdicas con material específico fomenta el movimiento en unas amenas y divertidas sesiones.
Se incide a diario con desplazamientos por los distintos espacios de la escuela ( clases, pasillos, terraza, parque, jardín…) en donde se ha propiciado gran variedad de niveles de dificultad motriz ( escaleras, montañitas, arena, chinos, césped…)y en donde los más pequeños van avanzando en autonomía motriz y adquiriendo seguridad día a día.
Se introducen en el aula elementos que impliquen juegos motóricos ( cajas, aros, pelotas, cilindros…) dedicando cada día un tiempo de juego libre y de movimiento.