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El día 31 se parará el reloj a las 23:59h.
El día 31 de diciembre se parará el reloj a las 23:59h.
Todo el mundo está nervioso porque solo queda un día. Ya pasó la Navidad y todo el mundo está contento porque tienen sus regalos, pero al mismo tiempo, también están muy asustados por lo que pueda pasar.
El tiempo se va a parar y nunca más volverán a vivir, es una broma pesada o alguna maldición navideña que ha invocado el Espíritu de la Navidad para que esta no se termine. Nadie lo sabe, la cuestión es que todos están muy asustados.
Justo cuando llega el día 31 de diciembre y son las 23:55h, la gente mira el reloj gigante que hay en la torre de la ciudad. En ese momento llega un fantasma, pero no un fantasma cualquiera, es el Espíritu de la Navidad que con mucha pena les dice que si le dejan quedarse un poco más en esas fechas.
Todos contestan que no, quieren tomarse las uvas y celebrar el año nuevo.
El Espíritu de la Navidad está un poco nervioso ya que ha dejado el hechizo para paralizarlo todo. Los ciudadanos suplican que lo quite. El Espíritu navideño, hace todo lo posible por hacerlo desaparecer pero con ello gastará mucha energía (que en poco tiempo recuperaría).
Tras muchos esfuerzos, consigue quitarlo haciendo felices a los ciudadanos de todo el mundo porque al poder de la Navidad no lo supera ningún otro poder.
Cuento fin de año
El día 30 de diciembre de 2014 la familia López estaba esperando impaciente que llegase Noche Vieja.
Tenían tres hijos: una niña llamada Carla de tres años, un niño llamado Juan de 10 años y uno llamado Marcos de catorce años. La pequeña Carla se entretenía con un peluche de un conejito, Juan construía con un juego de bloques y Marcos jugaba con una Play station 4. El señor López en su despacho y la señora López cocinando. cenaron tranquilamente y se fueron a dormir.
Al día siguiente se despertaron todos entusiasmados diciendo al unísono: ¡POR FIN 31 DE DICIEMBRE!
Todos ansiaban el glorioso momento de las doce en punto del 31 de diciembre para pasar al año nuevo. El señor López retocaba cada dos por tres el árbol de Navidad.
Comieron pavo, pato, pollo, turrón, etc, etc. Estaban todos mirando el reloj, esperando. Eran ya las 11:59h. y 59 segundos y… ¡clanc! todos los relojes del mundo se pararon, pero ellos, pasado el último segundo, se pusieron a celebrarlo igualmente y a gritar: ¡feliz años nuevo!
¿Por qué estaban festejando si se pararon los relojes? Porque los segundos corren cual atletas y siguen pasando, no importa que los relojes se queden quieto, el tiempo pasa y por eso hay un refrán que dice:
EL TIEMPO ES ORO