CERÁMICA

Los alumnos de primero tuvieron su sesión de arcilla a primeros de mes. Para este trabajo hemos usado arcilla blanca por su plasticidad y porque mancha menos. El proceso por cual un trozo de arcilla se convierte en un objeto de cerámica, requiere su tiempo.

Comenzamos hablando sobre la diferencia entre la arcilla y el barro. La arcilla es el último proceso de descomposición de la tierra. Químicamente es un silicato hidratado de alúmina, puede contener otros minerales que influyen, sobre todo, en el color y en la plasticidad.

La manipulación de la arcilla es un disfrute para los alumnos, este material nos entronca con una parte primitiva del ser humano. Su versatilidad, posibilita la fabricación de todo tipo de objetos, aunque es esencial conocer cómo reacciona la arcilla al ser manipulada y seguir algunos pasos técnicos para que el éxito esté asegurado; el horno tiene la última palabra.

Una vez secas las piezas se cuecen en el horno cerámico a una temperatura de 980º, incluso este tipo de arcilla admite 1020º . Durante todo este proceso hay que tener paciencia ( me preguntan muchas veces si ya está la arcilla).

Tras la cochura, procedemos al esmaltado. Utilizamos pigmentos y esmaltes cerámicos que aplicamos en otra sesión de trabajo.

Bañamos los trabajos con una capa de esmalte transparente para darle brillo, todos los trabajos pintados quedan blancos, de nuevo.

Para cocer el esmalte, hay que volver a introducir las piezas en el horno . Se preguntan qué ocurrirá en el horno, la intriga va en aumento.  Otra vez hay que tener paciencia y esperar, (mientras tanto me siguen preguntando por cómo van sus trabajos).

¡Ya están expuestos en la entrada del aulario!.

Ana Martín